MMS

 

     Siempre existe una primera vez para todo.

     La primera vez que intenté desactivar un microorganismo con energía sucedió así:

     En un correo me comenta una amiga desde Palencia que a su marido le había salido un herpes zoster que casi le abrazaba todo el abdomen. Me comentó que ya había ido al médico y que llevaba un par de días de tratamiento, pero que la fase más aguda duraría al menos una semana, y pasarían otras dos semanas hasta desaparecer. Le comenté que a la noche le haría un envío de energía. Al día siguiente me preguntó qué le había hecho a su marido, porque el herpes había bajado considerablemente, hasta casi desaparecer. Sin embargo, un día más tarde se volvió a activar. Volví a desactivarlo. En ambos casos, además del envío energético, dejé la orden en su inconsciente de que el microorganismo fuese desactivado.

      Mucho ha llovido desde entonces. Han sido muchas las comprobaciones hasta llegar a la conclusión de que se consiguen resultados permanentes para desactivar un microorganismo activo solo tras 5 sesiones (separadas por un intervalo máximo de 24 horas, ya que después de cada sesión se suele activar, pero un poco más debilitado).

      Este verano de 2011 he visitado con mi esposa unos países de Centroeuropa. Al tercer día de estancia, mi esposa tuvo una reacción  que le afectó a las piernas y cintura principalmente; se le llenaron de granitos. Fue algo así como una intoxicación. Además se le empezó a activar un herpes labial. (Mi esposa ha padecido de siempre la acción de este herpes, que una o dos veces por año se le activaba; incluso con el tratamiento de una pomada específica, al menos durante una semana había de soportar sus secuelas. Hace unos años que sus niveles bioenergéticos se mantienen altos y constantes, y desde entonces este herpes no había vuelto a reaparecer.)

      No fuimos al médico, que puede ser lo más aconsejable en estos casos. A la noche le hice un envío energético con la orden de que si había un microorganismo activo este fuese sumido al letargo. Al día siguiente, del herpes que comenzaba a salir, no había ni rastro y los molestos granitos habían desaparecido casi por completo. Pensé que habría sido suficiente, pero me equivoqué; a los dos días los granitos volvieron a salir, aunque ocupaban una zona menor. Volví a aplicar unas sesiones en los días siguientes y desaparecieron por completo.

      MMS

     El MMS o Milagroso suplemento mineral, fue descubierto por Jim Humble en 1996, con ocasión de un viaje por la jungla de Guyana, país situado al este de Venezuela. Se desplazó hasta allí para mejorar la extracción en una mina de oro. Jim Humble en los preparativos incluyó varias botellas de oxígeno estabilizado; pretendía con ellas purificar el agua proveniente de arroyos que utilizaría para beber en la jungla. Dos de los porteadores contrajeron la malaria en ese viaje y, ante la falta de medicina, pensó que si el oxígeno estabilizado servía para eliminar los patógenos del agua, también podría ayudar con la malaria; estos hombres mejoraron con la ingesta del oxígeno así como otros dos más que también enfermaron.

     Encontrar la fórmula del Stabilized Oxigen (oxígeno estabilizado), no resultó tarea fácil para Jim Humble. Al final descubrió que la solución contenía clorito de sodio. El clorito de sodio es altamente alcalino, y cuando es neutralizado se desestabiliza y libera dióxido de cloro.

      La historia es larga. Comenzó un largo peregrinaje de pruebas con distintas dosis en varios países de África. El resultado según parece fue espectacular en todos los casos. El clorito de sodio necesita ser activado con un medio ácido para que libere el dióxido. Utilizó para ello el ácido acético (vinagre). Según asegura el autor, más de 5000 personas han sido curadas de la malaria, además de otras enfermedades, por él mismo. Ofreció su producto a diversas fundaciones y ONGs, pero nunca consiguió el respaldo para llevar a cabo una investigación seria que lanzase su producto al mercado.

      El clorito de sodio es un producto químico. No está catalogado como medicina. Ha sido usado durante más de 70 años como un potente desinfectante, para eliminar los patógenos en los mataderos de aves y reses, para esterilizar quirófanos y tratar aguas infectadas. Al ser activado con un elemento ácido libera el dióxido de cloro, que es en realidad lo que favorece a nuestro organismo.

       Convertirlo en medicamento no es un negocio que pueda interesar a la industria farmacéutica. Algo que cura una enfermedad con unas pocas dosis no resulta un negocio rentable.

       Hay muchos artículos desacreditando el MMS. Indican los efectos secundarios que el clorito de sodio puede tener a un medio y largo plazo en nuestros órganos.

       Efectivamente, el clorito de sodio puede ser letal para nuestro organismo, al igual que cualquiera de los fármacos que conservamos en nuestro botiquín; pero solo si no hacemos un uso adecuado de ellos. De hecho, no son pocas las personas que han utilizado una sobredosis de cualquier medicamento para intentar quitarse la vida. También es tóxica la lejía; yo recuerdo a mi madre añadiendo unas gotas de lejía en el agua para lavar la verdura. Incluso la sal común, en dosis altas, supondría un peligro para nuestra salud.

       No pretendo hacer apología del MMS. El descubridor y muchas más personas lo han tomado durante años y lo siguen haciendo. Aún no han tenido esos temidos efectos secundarios. Sin embargo, son muchas las vidas que al parecer se han salvado con este suplemento mineral.

       En su segundo libro, Jim Humble explica el proceso para obtener MMS a partir del clorito de sodio en escamas, que como ya he mencionado es un producto químico.

Mi recomendación es que si alguien se decide a tomarlo no se complique la vida. En España no está autorizado, pero se produce de forma industrializada y se comercializa como suplemento mineral en Rumanía (pulse aquí) y en México (pulse aquí).

 El precio del producto y la duración del mismo (debido a las pequeñas dosis que se administran en cada ocasión) hacen que no merezca la pena fabricarlo en casa.

Mi esposa y yo lo hemos tomado, y lo seguimos haciendo. No tenemos ninguna enfermedad vírica conocida. Ignoro la efectividad en otros campos. Tenemos en casa unas tiras reactivas al pH, para utilizar en la orina; estas no representan una analítica fiable, sí que lo es orientativa. Mi esposa y yo teníamos un pH ácido, como casi todo el mundo. De hecho, estuvimos tomando durante una larga temporada bicarbonato, para intentar restablecerlo; los resultados fueron escasos. Tras una semana con pequeñas dosis de MMS, nuestro pH estaba por completo normalizado, según el resultado de estas tiras. Pueden conseguirse encargándolas en una farmacia y si no se las traen pueden encontrarlas online, por ejemplo en esta web (pulse aquí).

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¿Recuerdan el incidente vírico de mi esposa en Europa? Pues bastaron cuatro dosis de 8 gotas de MMS para volver a restaurar sus niveles de pH.

Yo tan solo expongo los hechos. ¿Se imaginan la cantidad de enfermedades que evitaríamos tan solo con tener el pH normalizado? Ignoro si pensarán como yo, pero algún gobierno podría dedicar unos fondos en investigar el producto. Creo sinceramente que merece la pena.

Si buscan en Internet encontrarán diversas dosificaciones. Incluso Jim Humble, después de tantos casos tratados, no puede asegurar que las dosis que recomienda sean las más eficaces, pues ha conseguido resultados positivos con diversas dosificaciones.

Aportaré las que yo he utilizado. Como siempre, para determinar la dosificación en cada caso, he seguido las respuestas que a través del péndulo obtengo del inconsciente.

Si alguien decide utilizar el MMS, recuerde que ha de utilizar este producto con respeto y no intentar acelerar procesos aumentando las dosis máximas. Tampoco ha de ingerirse sin ser activado con ácido cítrico y rebajado con agua o zumo (que no contenga vitamina C añadida). En caso de que la dosis administrada provoque náuseas o diarrea, esta ha de ser rebajada, pero sin suspender el tratamiento (aunque según Jim Humble, esto es producido porque el MMS está actuando y hay microorganismos que están siendo destruidos).

 

Estas son mis pautas para personas aparentemente sanas

El MMS es necesario que sea activado con un elemento ácido.

Lo mejor, y siempre que sea posible, es activarlo con ácido cítrico, en la siguiente proporción: Por cada gota de MMS, gota y media de ácido cítrico, es decir, por cada 2 de MMS, 3 de ácido cítrico.

Si no se dispone de ácido cítrico, sustituir por zumo de limón en la siguiente proporción: Por cada gota de MMS, 2 gotas de zumo de limón.

También podemos utilizar ácido acético (vinagre) en la siguiente proporción: Por cada gota de MMS, 3 gotas de vinagre.

En todos los casos debemos utilizar un vaso seco sin restos de agua y dejar reposar la mezcla un mínimo de 2 minutos y un máximo de 3. Esta tomará un color amarillento.

Añadir agua fría si se tolera el sabor y tomar inmediatamente. También se puede utilizar zumo; pero, y muy importante, no debe ser de cítricos ni llevar vitamina C añadida (casi todos los zumos industriales llevan vitamina C añadida) ya que parece ser que debilita la mezcla.

Es importante tener claro que el sabor del MMS recuerda al cloro, y que si se toman por ejemplo 6 gotas de MMS y solo se le añade un chupito de agua la sensación será que irrita la garganta. Mi recomendación es que para 6 gotas se añada agua o zumo en cantidad similar a una copa de vino, y para 15 gotas al menos 200 o 250 mililitros.

Hay personas que en una sola dosis, y por comprobar los efectos o por obtener un resultado rápido, han llegado a tomar hasta 25 y 30 gotas. NO LO RECOMIENDO. Aunque sea una dosis tolerable, el tomar una cantidad similar a una cucharada sopera puede ser tóxico. El MMS (clorito de sodio) desde su descubrimiento ha sido usado para desinfectar quirófanos y mataderos de carne que comemos, así como para potabilizar agua, en cantidades muy superiores a las que se recomiendan; siempre para uso químico y con un gran poder desinfectante.

Mi recomendación es que nunca se supere la dosis de 15 gotas de MMS en una sola toma. En un caso urgente, como una intoxicación, se puede empezar directamente por esta toma y repetirla al menos 2 veces más dejando unas horas de separación. A muchas personas el tomar el MMS entre comidas puede provocarle náuseas con mayor facilidad; suele ser más tolerable si la toma se hace 15 o 20 minutos después de las comidas.

Para aquel que lo toma por primera vez, mi recomendación sería que el primer día de tratamiento empezase por dos gotas después de la cena, el segundo día seguir con tres tras el desayuno, cuatro tras la comida y también 4 tras la cena, el tercer día aumentar a 6 gotas en las tres tomas, el cuarto día lo mismo, 8 gotas el quinto, sexto y séptimo día, aumentando una de las dosis nocturnas de los últimos días a 15 gotas.

Si esta persona padece alguna enfermedad conocida entre el quinto y sexto día debería hacer tres tomas de 15 gotas, ampliando el tratamiento una semana más con tres tomas diarias de 8 gotas.

Si el paciente nota signos adversos como náuseas fuertes, vómitos o diarrea ha de bajar la dosis a la mitad, e ir aumentándola progresivamente cuando estos síntomas hayan desaparecido. Por supuesto, aumentar los días de tratamiento para llegar hasta las dosis más altas indicadas.

Aquel que ya se haya iniciado en la toma del MMS haciendo lo que indico durante una o dos semanas, en caso de contraer posteriormente una enfermedad vírica, como la gripe, por ejemplo, que directamente haga varias tomas de 8 gotas tras las comidas hasta que esta desaparezca.

Yo sigo haciendo una toma de mantenimiento, 8 gotas una sola toma por semana tras la cena. Lo mejor para no olvidarlo es hacerlo el mismo día todas las semanas.

 

 

 

                                                     Epifanio Alcañiz

                                                      Investigador de las energías telúricas

 

www.radiestesiaysalud.com

zahori33@yahoo.es

 

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