Elección del terreno
Imaginemos el caso de que disponemos de terreno suficiente como para construir nuestro hogar en el lugar y orientación idóneos. Si llamamos a dos o tres radiestesistas o geobiólogos para que nos orienten, es más que probable que cada uno de ellos ubique su casa en un lugar diferente; con lo cual estaremos igual que al principio: en un mar de dudas. Y, al final, construiremos en una de las ofertas sin tener la certeza de haber acertado. Aportaré en este apartado un punto de vista que entiendo es bastante coherente.
Lo ideal sería localizar una cuadrícula de la Red Hartmann delimitada por líneas de 2º orden, lo cual nos daría un rectángulo de 30 por 37 m. aproximadamente; en él habría que marcar todas las líneas Hartmann y Curry. Este terreno debería estar limpio de otras geopatías, como chimeneas, venas de agua, fallas, etc., yo sin duda orientaría la vivienda con los puntos cardinales, siempre que esto sea posible.
Una vez trazadas las líneas, se marcarían los lugares libres de geopatías donde situar las camas; si se pueden alinear con la Red Hartmann, las cabeceras se orientarían al Norte, y la puerta principal de la vivienda, al Sur; si esto no es posible y hay que alinearlas con la Red Curry las cabeceras se orientarían al Noreste y la puerta al Suroeste.
Es muy importante que la puerta de nuestra vivienda y las ventanas de la misma no se encuentren en la vertical de ninguna geopatía importante. Esto sería una barrera invisible a las energías positivas que son necesarias para que nuestro hogar sea un lugar feliz.
Al prospectar físicamente algunas iglesias medievales, las encontraremos bordeada por líneas de la Red Hartmann; están pegadas a sus muros por la parte externa. Sus puertas y ventanas se sitúan todas entre dos cruces de la citada red; nunca encontraremos un cruce situado en una ventana o en una puerta. Los portones principales al ser demasiado grandes tienen un cruce entre sus dos puertas.
Debemos considerar que los conocimientos radiestésicos de nuestros antepasados eran mucho más amplios que los nuestros y el seguir las pautas de su legado, sin duda, nos reportará bienestar.
Es muy importante, si tenemos la posibilidad de construir nuestra propia casa, que las camas queden libres de toda alteración telúrica; la única permitida, si no queda otra opción es una línea Hartmann simple, 6300 UB, pero en la parte inferior de la misma, de rodillas a pies.
Lo ideal sería que el lugar donde dormimos, se una zona neutra donde se registren 8500 UB. Por lo que he podido comprobar hasta el momento, la media de la calidad biótica del terreno (medición de los lugares neutros) oscila entre las 7000 y 8500 UB, aunque he de resaltar que en España los registros más comunes oscilan entre las 7600-8000 UB, las zonas con registros de 8500 UB son más escasas, una parte de las estribaciones de la sierra del Guadarrama en Madrid cuanta con estos registros.
Epifanio Alcañiz
Investigador de las energías telúricas